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Despertando Conciencias.

LULA DA SILVA RENACE ENTRE LAS CENIZAS.

SAO BERNARDO DO CAMPO, BRAZIL - NOVEMBER 09: Luiz Inacio Lula da Silva, Brazil's former president, greets supporters outside of the Sindicato dos Metalurgicos do ABC on November 9, 2019 in Sao Bernardo do Campo, Brazil. Brazil accepted former President Luiz Inacio Lula da Silvas request for immediate release, according to the countrys top court Friday. The iconic leader of the Worker's Party was serving a 12-year sentence since 2018 on corruption charges. (Photo by Pedro Vilela/Getty Images)
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LULA DA SILVA RENACE ENTRE LAS CENIZAS.

El retorno a la política de Lula Da Silva esta en ciernes. Los tribunales y las encuestas electorales le han dado grandes alegrías en los últimos tiempos al expresidente de 75 años. Su suerte cambió drásticamente el pasado 8 de marzo, cuando inesperadamente sus dos condenas por corrupción fueron anuladas por el Tribunal Supremo de Brasil.

Además, durante los últimos meses otros casos en los que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) era investigado por supuestas corruptelas han sido cerrados. El archivo de varias de las causas deriva de otro fallo judicial, el que declaró que Sergio Moro no había sido imparcial al juzgar al Lula da Silva.

De esta manera, con la anulación de las condenas, Lula recuperó sus derechos políticos, pero todavía arrastra una lista considerable de procesos judiciales.

Durante los últimos meses se han ido diluyendo hasta casi desaparecer mediante decisiones en los tribunales. Suma 19 victorias.

El ex Presidente de Brasil, suele recordar a menudo que, cuando surgieron las acusaciones contra él, pudo haberse refugiado en una embajada, o haber huido al extranjero, siguiendo la estela de otros mandatarios. Pero en ese tono épico que le caracteriza, añade siempre que decidió quedarse en Brasil porque era inocente y confiaba en la justicia.

Siempre se dijo víctima de una persecución judicial y de que, al final, la justicia le daría la razón. Lula da Silva fue excarcelado junto a miles de presos gracias a un cambio de criterio del Tribunal Supremo.

En la actualidad, solo uno de los casos criminales sigue abierto. Lula fue condenado sobre la base de hechos indeterminados, sin tener en cuenta las pruebas de inocencia que presentamos en forma de peritajes, declaraciones y documentos, fueron los comentarios de su equipo legal.

Condenado a 20 años, Lula da Silva estuvo preso casi 19 meses, lo que le apartó de la carrera electoral que finalmente ganó el actual presidente, Jair Bolsonaro.

La independencia del ex Fiscal Moro se vio muy perjudicada cuando aceptó entrar en el Gobierno del ultraderechista como ministro. La difusión de los mensajes que intercambió con los fiscales del caso fue demoledora para Moro.
Tanto Lula como Bolsonaro están en modo precampaña. El líder del PT está completamente inmerso en conversaciones a múltiples bandas para buscar aliados en la izquierda, entre líderes regionales y en el centro, mientras los suyos calientan la calle reclamando la destitución de Bolsonaro. Pero el expresidente evita por ahora los baños de masas a causa de la pandemia y, en noviembre, tiene previsto visitar Europa. Bolsonaro, en cambio, centra su estrategia en el cara a cara con los electores, al tiempo que inaugura obras por todo el país.

Sin embargo, aun con todo el poder de la maquinaria de gobierno, Lula aventaja al mandatario de extrema derecha por unos 20 puntos en las encuestas, pero todavía es rechazado por más de un tercio del electorado, cifra alta pero menor a la del presidente Bolsonaro. En cualquier caso, un año es mucho tiempo y más en este país acostumbrado a fuertes sacudidas en el panorama político.

Recordemos que Lula dejó la presidencia de Brasil en 2011 con unos índices de apoyo popular del 80% para después caer en desgracia por las acusaciones de corrupción, que cristalizaron también en la destitución de su sucesora, Dilma Rousseff, y un fuerte clima de odio popular al PT que Bolsonaro capitalizó.

El idilio entre el militar retirado y el antiguo juez Moro fue mucho más breve de lo que nadie predijo. Acabó con la estrepitosa dimisión de Moro como ministro de Justicia. Poco tardó el actual presidente en desoír el discurso de lucha implacable contra la corrupción que impulsó su llegada al poder.

Bolsonaro desmanteló los equipos de investigación de la Lava Jato y, en cuanto se vio en peligro ante la acumulación de peticiones de impeachment, se alió con políticos salpicados por la corrupción.

Lula da Silva renace entre las cenizas de la política y con seguridad buscara la Presidencia de Brasil, con muchas posibilidades de éxito.

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