-AGRIDULCE: LOS GUARURAS DE CABEZA DE VACA.
– ¿QUIÉN PAGA ESA SEGURIDAD?
AGRIDULCE, EXPRESIONES y MÁS.
Mtro. José A. Ordóñez González.
El gobierno de Tamaulipas distrae nada menos que 67 policías estatales con 15 camionetas para dar seguridad y cuidar al exgobernador de Tamaulipas, FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA; al exsecretario General de Gobierno, CÉSAR “TRUCO” VERÁSTEGUI OSTOS; al exsecretario de Seguridad Pública, capitán JOSÉ JORGE ONTIVEROS MOLINA, y sus familias.
Esos recursos humanos y materiales fueron asignados el pasado sexenio, precisamente antes de que los políticos panistas dejaran el cargo. De esta manera los abusos y corruptelas de los panistas trascendieron en el tiempo, comprometiendo al nuevo gobierno.
El albazo ocurrió durante el último año de la administración panista y hasta la fecha no ha sido modificado por el actual gobierno que encabeza el DR. AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, con todo y las irregularidades que esto representa.
Existe varios acuerdos emitidos por el entonces director de Seguridad a Personal e Instalaciones y Edificios Públicos de la Secretaría de Seguridad Pública de Tamaulipas, JOSÉ FUAD GONZÁLEZ CASTRO, donde se determina la conformación de las escoltas y las unidades motrices que fueron designadas.
Para darnos una idea del abuso y el despilfarro de recursos públicos del gobierno panista, la cantidad de escoltas para los exfuncionarios Cabecistas, representa el 67% de los elementos de la Policía Estatal que fueron comisionados para la seguridad de la zona sur de Tamaulipas durante las vacaciones de semana santa. Lo que significa que 67 de cada cien policías cuidaban a estos nefastos políticos panistas; y, 33 elementos protegían a la ciudadanía. El mundo al revés con los abusos de CDV y sus esbirros. Y eso que aseguraban en su sexenio Tamaulipas era más seguro. ¿entonces por qué se rodeaban de tanta guarura?
La mayoría panista y priista en el Congreso de Tamaulipas, a finales de septiembre de 2021, aprobó la reforma al artículo 19 BIS de la Constitución Política del Estado de Tamaulipas, mediante la cual se definió la seguridad personal para el ex gobernador y exfuncionarios.
Al señor Cabeza de Vaca muy pronto se le olvidó que al inicio de su gobierno retiró las escoltas a los exmandatarios Eugenio Hernández Flores y Tomás Yarrington.
Para derogar esta reforma abusiva de los panistas del pasado sexenio, el gobierno de VILLARREAL ANAYA debe reunir una mayoría calificada, es decir, el voto a favor de 24 de 36 integrantes del Congreso Local. Una tarea complicada dada las condiciones que prevalecen en el poder legislativo, ya que los diputados morenistas y aliados solo podrían alcanzar una mayoría simple de 19 votos. Recuerden la compra de las conciencias de cuatro diputadas de morena que traicionaron y abrazaron la causa panista y por ende permitieron los abusos comentados y muchos otros.
Son más de $ 2-Dos millones de pesos mensuales, la carga presupuestal de la seguridad de CDV y sus cuates.
Otro de los beneficiarios es CÉSAR VERÁSTEGUI OSTOS “EL TRUCO”, a quien se le asignó 2 mujeres y 16 hombres como escolta y, a los que se les paga con recursos públicos por ser los encargados de cuidar y proteger al ex funcionario y su familia.
Está documentado que, durante la campaña política, VERÁSTEGUI OSTOS «el Truco” fue resguardado por un amplio equipo de seguridad, que costó mensualmente un aproximado de $ 20,000 pesos por persona más la gasolina, alimentación y hoteles, todo pagado con dinero público.
A mis apreciables lectores les comento que a solo tres meses antes de que terminara su mandato, CDV se auto asignó 36 elementos de la policía estatal y 9 vehículos, para la protección de él y de su privilegiada familia, los García Gómez. El parque vehicular es integrador por 3 Jeep Cherokee, 4 Chevrolet Silverado, 1 Tahoe y una Suburban. Todo este gasto lo cubriremos los tamaulipecos hasta el 30 de septiembre de 2028, como lo estipula el acuerdo oficial.
Lo AGRIDULCE deviene de como CDV, familiares y cuates se blindaron de manera abusiva disponiendo de los dineros públicos para protegerse, distrayendo una cantidad importante de policías estatales y vehículos oficiales, y todo esto no obstante que aseguraban que en pasado sexenio panista se mejoró la seguridad. Ni ellos se la creen y ya vemos que el miedo no anda en burro; le temen al pueblo, eso es todo.
Al final, ellos mismos, CDV, familiares y amigos cavaron su propia tumba política. El desprecio del pueblo tamaulipeco hacia este grupo de abusivos es evidente. Por eso aplica la frase: “no hay mal que dure seis años”, como en este caso. ¡HE DICHO ¡