-AGRIDULCE: MÉXICO NO PROTEGE A LAS MADRES BUSCADORAS DE SUS HIJOS DESAPARECIDOS.
-ASESINAN A TERESA MAGUEYAL, A QUIEN EL ESTADO MEXICANO NUNCA LE PROVEYÓ MECANISMOS DE PROTECCIÓN.
AGRIDULCE, EXPRESIONES y MÁS.
Mtro. José A. Ordóñez González.
TERESA MAGUEYAL fue asesinada el pasado martes en la ciudad de Celaya, Guanajuato, un estado en la región central de México azotado por la violencia.
Se trata del segundo asesinato de este tipo en Guanajuato en menos de seis meses. La buscadora voluntaria MARÍA VÁZQUEZ RAMÍREZ fue asesinada a disparos en la ciudad de Abasolo en noviembre pasado.
Las autoridades solo llegaron al lugar de los hechos para reportar que una madre (TERESA) que buscaba a su hijo desaparecido en el estado de Guanajuato, fue asesinada el dos de mayo pasado en la comunidad San Miguel Octopan, ubicada en el municipio de Celaya, donde desapareció su hijo JOSE LUIS APASEO en abril de 2020 y se convirtió en la primera activista de su tipo en perder la vida este año.
La víctima, Teresa, era una madre buscadora, como se les conoce en México a miles de mujeres que se movilizan por el país con la esperanza en encontrar a sus hijos desaparecidos, y fue asesinada en la misma localidad de San Miguel Octopan donde el 6 de abril de 2020 desapareció su hijo, según informó el colectivo de búsqueda de personas desaparecidas Una Promesa por Cumplir.
Otra madre asesinada sin conocer el paradero de su hijo y contando. Para las autoridades representa solo un número más en su cruenta estadística. Las abandonan a su suerte, pero lo peor es que en muchos de los casos son cómplices de sus asesinatos.
No hay garantías, ni medidas de protección y reparación para las familias que sufren por la desaparición o muerte de algún ser querido; y, como se desprende de este caso, mucho menos se activan los mecanismos de no repetición. Las mujeres que buscan a sus hijos desaparecidos no están seguras, las matan a plena luz del día en espacios públicos y total impunidad.
Cabe señalar que el ataque a la madre buscadora TERESA MAGUEYAL se produjo a las afueras de un jardín de niños en la comunidad San Miguel Octopan y ocurrió a las 11 de la mañana, cuando Magueyal estaba ubicada a un costado de la escuela con el mismo nombre. Llegaron los sicarios y la asesinaron sin ninguna contemplación.
TERESA se unió al Colectivo “UNA PROMESA POR CUMPLIR”, tras la desaparición de su hijo JOSÉ LUIS APASEO MAGUEYAL, quien fue visto por última precisamente en San Miguel Octopan.
A mis fieles lectores les comento que, de acuerdo con registros de varias organizaciones, en el estado de Guanajuato existen más de 3,500 desaparecidos, cifra que se acrecienta al grado de ser un escándalo esta situación criminal que impera en aquella entidad.
Lo AGRIDULCE en este tema, es percatarnos como el Estado Mexicano, que debería en primera instancia proteger y dar seguridad a las personas y, en segundo término, en casos como el de TERESA, activar los mecanismos de protección para evitar la repetición y la muerte de las activistas, hace todo menos brindar protección a la vida de la gente, al dejarlos a merced de los responsables y asesinos de sus familiares, con las fatales consecuencias como lo ocurrido a esta madre buscadora.
Al final, vemos con tristeza e impotencia, como los protocolos al respecto están diseñados solo en papel, no sirven para nada, y nos duele a los mexicanos la negligente actuación de las autoridades. Solo en el año 2022, según cifras de Gobierno mexicano, fueron asesinadas 5 activistas buscadoras de personas desaparecidas. Y todavía el Gobierno se atreve a decir que tenemos un país más seguro que Estados Unidos y que tiene otros datos. Caray, a otro lado con ese cuento. ¡HE DICHO ¡