El que es quizá el templo ortodoxo más conocido del mundo no podía faltar en esta lista. Situado en la Plaza Roja de Moscú, sus colores y formas sorprenden a todo aquel que pasa por aquí durante su viaje a Rusia. Cuenta la leyenda que Iván El Terrible, maravillado por la belleza del edificio, ordenó arrancar los ojos del arquitecto para que no pudiera reproducir nunca su obra.