El terremoto de magnitud 7.6 que sacudió el lunes la costa occidental del centro de Japón ha dejado al menos 73 muertos, según informaron hoy autoridades locales, mientras se intensifican las tareas de rescate con el fin de encontrar a supervivientes bajo los escombros.
En localidades como Wajima, Noto o Suzu, todas cerca del epicentro del sismo, los ayuntamientos han incrementado sus estimaciones sobre el número de casas derrumbadas, por lo que se han multiplicado también los dispositivos de rescate antes de que se alcance el límite de las 72 horas, tras el cual resulta casi imposible encontrar a personas con vida.
En Wajima, una de las más afectadas, 39 personas murieron, mientras que 23 lo hicieron en Suzu, 5 en la ciudad de Nanao, 2 en Anamizu, 2 en Noto y una persona en Hakui y otra en Shiga.
Las autoridades locales han alertado de personas que todavía permanecen desparecidas en otras partes de la prefectura de Ishikawa, donde todavía prosiguen las tareas de rescate, mientras que el número de heridos se encuentra hoy en 323, entre lesiones graves y leves, también en esta zona.
【能登半島地震 1月1日発生時の映像】
1月1日午後4時すぎ、震度6強を観測した石川県輪島市の住宅で撮影された映像です
揺れが急激に激しさを増していく様子が記録されていますhttps://t.co/Ud1HSyOHHx#nhk_video pic.twitter.com/Zug3NHOyWF— NHKニュース (@nhk_news) January 3, 2024
Durante una reunión para gestionar la situación celebrada hoy, la policía local informó que había recibido 121 informes de personas o grupos en necesidad de rescate que no habían podido ser atendidos todavía, según detalló la cadena estatal NHK.
Hasta este martes, unos mil efectivos fueron desplazados a esta prefectura, además de 22 aviones y 8 barcos para las actividades de rescate y recopilación de información de daños, sin embargo, se va a enviar el doble de personal en las próximas horas, además de bomberos y policías procedentes de todo Japón.
El terremoto que golpeó la península de Noto -una zona en la que se sabe que hay fallas activas- el lunes, tuvo su epicentro a 30 kilómetros al noreste de Wajima y alcanzó el nivel 7 en la escala cerrada de 7 japonesa, que se centra en el poder destructivo del temblor.
Este seísmo, el más devastador en Japón desde el de 2016 en la prefectura de Kumamoto (que dejó más de 200 muertos), es el primero de nivel 7 en registrarse en el país desde 2018, cuando un seísmo alcanzó el nivel 7 en la isla de Hokkaido.