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Despertando Conciencias.

LA DESESPERANZA DE LOS POBRES, LA LUCHA DE POCOS.

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-LA DESESPERANZA DEL POBRE, LA LUCHA DE POCOS.

-EL VALOR DE OFRENDAR LA VIDA POR LO POBRES, COMO LO HIZO LUCIO CABAÑAS BARRIENTOS.


AGRIDULCE. Expresiones y más.
Por el Mtro. José A. ORDOÑEZ González.



Una noche de 1974, la madre de Lucio Cabañas, Rafaela Gervacio Barrientos, es secuestrada y torturada por engendrar la revolución en Guerrero. Un año y diez meses permaneció retenida contra su voluntad en el campo militar no. 1 de la Ciudad de México, sin que nadie supiera de su paradero.

En 1992, cuando su hijo David se encontraba preso, su otro hijo Manuel continuaba desaparecido y el gobierno aún no le entregaba el cuerpo de Lucio, la madre de la rebeldía pronunció sus palabras póstumas:

«Mis hijos lucharon por el pobre para sacarlo de la pobreza, y por eso me siento orgullosa de haberlos parido; me siento orgullosa de haber parido a hijos valientes, pero es muy grande el sufrimiento.
Doña Rafaela lanzaba las siguientes reflexiones:

“A poco crees que, si el gobierno fuera buena gente, tendría a tanto inocente desaparecido y encarcelado”.

Y de manera concluyente aseguraba: “En cambio, a los ladrones, a esos sí los enriquece y los deja libres para que vayan a ladronear más Y uno muriéndose aquí, mírame aquí sola voy a morir sola, pero eso sí, ante ningún desgraciado me humillo”.

En aquella ocasión Doña Rafaela le pide a su nieto Marco Antonio, quien llegó de visita, que ponga el caset de su hijo Pablo. Se escuchan entonces las guitarras del Trío Atoyac y la voz de Pablo con su canción Recuerdo a Lucio Cabañas, mientras la mirada de Doña Rafaela se pierde en la inmensidad de la sierra y en sus recuerdos. Entre las notas musicales se oye la voz que canta: “Este es el corrido de un hombre valiente, este es el corrido que quiero cantar, un llanto en la sierra, le espera su gente sin saber que nunca podrá regresar”.

Una familia que enfrentó al poder del gobierno, donde casi todos sus integrantes fueron asesinados, desaparecidos, torturados y amedrentados, al grado de extinguirlos.

Solo queda Micaela Cabañas, única hija de Lucio Cabañas que aún huye por temor de ser acribillada como sucedió el 3 de julio del 2011, cuando mataron a su madre Isabel Ayala Nava (esposa de Lucio Cabañas) y a su tía REYNA, en el municipio de Acapulco, Guerrero.

Tal vez la generación actual no conozca la historia y la lucha de Lucio Cabañas Barrientos.

Cabañas, fue un maestro rural mexicano, egresado de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, líder estudiantil y jefe del grupo armado conocido como “El Partido de los Pobres” en la sierra de Guerrero durante la década de 1970.

En abril de 1974 la guerrilla dirigida por Lucio Cabañas decide llevar a cabo el secuestro de Rubén Figueroa, senador de la República y candidato a la gubernatura del estado de Guerrero.

Lucio y Figueroa acuerdan una reunión para el 30 de mayo de 1974 a las 9 de la mañana, en un cruce de caminos que conducían de San Jerónimo a la localidad de El Ticuí, muy cerca de Atoyac, donde fue privado de su libertad.

Rubén Figueroa fue rescatado el 8 de septiembre por un operativo policiaco en un agitado enfrentamiento, aunque otras versiones sostienen que se pagó un rescate para su liberación.

Después de este acontecimiento el estado responde con toda su fuerza contra la guerrilla de Lucio Cabañas e inicia su persecución.

La madrugada del 2 de diciembre de 1974 se dio el último enfrentamiento con tropas militares, iniciándose un tiroteo en la selva cafetalera El Otatal.

En este tiroteo Lucio y sus compañeros fueron sorprendidos por el ejército. Según una versión de lo acontecido, Lucio Cabañas, al percatarse de que no había salida y evitar caer en manos del ejército, se colocó el cañón de su rifle M-2 en el cuello y jaló del gatillo, cayendo herido mortalmente. El capitán Bravo Torres corrió hasta el cuerpo y le disparó el tiro de gracia.

Sin embargo, en las imágenes del cadáver que se dieron a conocer a la prensa, no parecía haber impactos de bala en el cuello.

Luchador social y amigo de los pobres con los que se solidariza y apoya, antes los constantes abusos y por la opresión en la que vivían de parte de los caciques de los pueblos de aquel estado.

Cuantas muertes más necesita nuestro país, para acabar con la pobreza extrema, la marginación y discriminación que a diario sufren muchos mexicanos, primordialmente aquellos que pertenecen a los pueblos originarios.

“A parir madres latinas a parir más guerrilleros”; como dice la canción popular de protesta.

Un padre de familia al ver a sus hijos morir de hambre, se enfrenta a la disyuntiva de luchar o ver a su familia perecer. Muchos eligen la lucha. Lo ideal es la lucha pacífica, y llegar hasta donde se pueda.

El México que nos queda está lleno de pobreza e injusticia, donde unos cuantos poseen una riqueza inconmensurable y, la gran mayoría viven en pobreza extrema.

Se pretende cambiar ese esquema, pero mientras tanto las familias sufren. Dentro de lo AGRIDULCE del tema, nace el rayo de esperanza que espero sea inexorable, para cambiar el estado de las cosas. ¡He dicho ¡

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