SEDENALEAKS: LOS JESUITAS INDIGNADOS POR EL PAPEL DEL EJÉRCITO y GOBIERNO, EN EL CASO DE LOS DOS SACERDOTES ASESINADOS.
Los jesuitas han hecho pública su indignación ante las últimas revelaciones de SEDENALEAKS sobre el papel del Ejército en las investigaciones para aclarar el asesinato de dos sacerdotes de la orden, en Cerocahui, en el Estado de Chihuahua, en junio pasado.
De los SEDENALEAKS se desprende que las Fuerzas Armadas conocían desde al menos dos años antes de la tragedia prácticamente todo sobre el imperio criminal de JOSÉ NORIEL PORTILLO GIL, “EL CHUECO”, el principal sospechoso de los homicidios: las alianzas de su gente con el Cartel de Sinaloa, el régimen de terror que impuso a la población y cómo operaba su grupo delincuencial para matar y desaparecer a rivales y civiles.
El Estado mexicano identificó, con antelación, las actividades delictivas en la sierra Tarahumara de quien a la postre perpetraría el homicidio de los curas jesuitas JOAQUÍN MORA y JAVIER CAMPOS, que a más de cien días sigue impune.
Los jesuitas advierten que, de haberse actuado en consecuencia, la tragedia probablemente se hubiera evitado.
La investigación, publicada a partir de la masiva filtración de correos atribuida al grupo de hackers autodenominado “GAUCAMAYA” también sacó a la luz que un mes después de los asesinatos, las Fuerzas Armadas ordenaron un seguimiento a las actividades de religiosos en el sur de Chihuahua para consignar pronunciamientos críticos sobre la estrategia de seguridad del Gobierno de AMLO y posibles vínculos con el narcotráfico.
La orden de los Jesuitas asegura que es muy grave y preocupante que la inteligencia militar no se haya concentrado en localizar al perpetrador de los asesinatos, hasta hoy prófugo, y sí en monitorear los pronunciamientos públicos de los sacerdotes.
Los sacerdotes jesuitas JAVIER CAMPOS Y JOAQUÍN MORA fueron asesinados a tiros el pasado 20 de junio dentro de una iglesia, donde resguardaban al guía turístico PEDRO PALMA, a quien también asesinaron en esa ocasión.
En el día del asesinato múltiple, Palma y otros cuatro turistas fueron reportados como desaparecidos en la pequeña comunidad de la Sierra Tarahumara, en el norte del país. Los cadáveres de los religiosos y del guía fueron hallados dos días más tarde, tras ser abandonados. El crimen provocó la indignación del papa FRANCISCO e hizo que la Iglesia católica criticara abiertamente la impunidad y la violencia en México.
RICARDO PALMA, hijo del guía de turistas asesinado, recientemente también tundió al Gobierno federal y estatal por la falta de respuestas tras la masacre, al señalar: “Hoy mi padre cumpliría 61 años de vida, y es indignante que persista la injusticia, que el Chueco siga libre”,
Este fin de semana se dio a conocer que el titular de Defensa, LUIS CRESENCIO SANDOVAL, rechazó reunirse con diputados para aclarar la filtración de correos del Ejército y canceló la reunión que iba a celebrarse en instalaciones del Ejército este martes.
Los jesuitas también han condenado que el Centro de Derechos Humanos MIGUEL AGUSTÍN PRO JUÁREZ, fundado por la orden religiosa en los ochenta, fuera clasificado como un grupo de presión por el Ejército, según se supo a raíz de la masiva filtración de más de cuatro millones de correos. Es decir, que las declaraciones públicas de los integrantes del Centro sean objeto de monitoreo intensivo, lo mismo que las declaraciones de las víctimas a las que acompañan, por parte del Ejército.
La congregación jesuita ha respaldado el trabajo del Centro PRODH, crucial en el seguimiento de casos como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y muchos otros.
Por todo lo anterior, en el centro del escándalo están las revelaciones de espionaje militar y seguimiento permanente a periodistas, políticos, colectivos feministas, activistas y grupos de la sociedad civil. Pese a las evidencias y sin ahondar en explicaciones, la SEDENA y el presidente han rechazado que se espíe a la población civil y han dicho que solo hacen labores de inteligencia contra miembros del crimen organizado.